Siete años después de aquella rabiosa frustración conmigo mismo en San Miguel de Aralar.. los astros se alinean de tal forma que me permiten ponerme frente los cincuenta y pico kilómetros de las tres famosas ermitas. Involuntariamente "miedos" florecen conforme las agujas del reloj avanzan sin pausa hacia la hora y mi subconsciente una y otra vez se pregunta: Volverá a pasar la misma de las otras veces??? , mientras por el lado consciente dejo todo listo para la larga pateada...
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