Magnífico espectáculo natural desde
estos miradores que se asoman al bellísimo y desconocido cañón fluvial. Durante
miles de años el rio Duero ha desgastado la roca y creado un surco de 180 km de
largo en terreno fronterizo con Portugal, Salamanca y Zamora. El caudal se ha
serenado por la creación de presas. Este río que ahora disfrutamos manso y
calmado fue hasta hace unos años un rio caudaloso y bravo que buscaba el
Atlántico por tierras portuguesas.
Es una invitación al abrazo amoroso de
la Naturaleza llena de generosidad y abundancia. Cielo, tierra, aire y agua se
funden en estos desfiladeros encajonados por donde discurre el rio Duero. Son
muchos los miradores que podemos encontrar, yo os presento los imprescindibles.
Mirador del Fraile
Impresionantes vistas al Salto de
Aldeadávila y la central hidroeléctrica una de las principales fuentes de
energía que abastece a nuestro país. Vertiginosas vistas sobre una pasarela
metálica donde las paredes más altas del cañón acogen al rio Duero. Curiosamente
ha sido escenario de películas como Dr Zhivago, Terminator o la serie 30
monedas. Cómo llegar: a 7 km del pueblo de Aldeadávila (Salamanca) por una
carretera estrecha y un parking donde dejar el coche. 2 km andando al mirador.
Mirador Picón de Felipe
Mirador natural y escarpado entre
rocas que se accede por un sendero a 1,5 km del aparcamiento habilitado a 7 km
de Aldeadávila. Las aves sobrevuelan el bellísimo cañón. Sin duda uno de los
imprescindibles. Cuenta una leyenda que el pastor
Felipe se enamoró de una muchacha en la otra orilla del río y para poder
alcanzarla picó la piedras para hacer un puente y cruzar el río. Mirador
granítico de paredes gigantes y vigilante del cañón.
Mirador Colagón del tio Paco.
En un barranco es donde se abre este bonito
balcón entre vuelos de buitres leonados, águila real y alimoche en su hábitat
natural sobre bosques de almezales, el más extenso de Europa. Podemos adivinar
viejos caminos en las laderas usados por los cabreros, oficio que ya está
desapareciendo. Se llega a pocos metros del parking habilitado y merendero. A 2
km del pueblo de Mieza (Salamanca).
Mirador de la Code.
Meandro del Duero a modo de “codo”
caprichoso y vistas a la frontera con Portugal. Encontramos una bonita poesía
que nos inspira: “El alma se rehace y columpia en el aire suspendida, el abismo
carece de medida, y la mirada vértigo se hace”. Fermín de Mieza. Está a 500
metros caminando por pista del Mirador Colagón del tio Paco. Mieza (Salamanca).
Mirador Picón del Moro
El cañón se va redondeando y perdiendo
altura en Saucelle (Salamanca) pero un bellísimo mirador rocoso vuelve a
conquistarnos. Se asciende por un sendero a una cresta rocosa con paredes
verticales que nos ofrece el paisaje dulcificado y herboso del cañón. Desde la
pasarela metálica vemos la central hidroeléctrica de Saucelle y el pueblo. A 5
km del pueblo de Saucelle. A 200 m andando del parking habilitado.
Mirador del Salto de Saucelle
Llegando al pueblo de Saucelle junto a
la carretera se ve el paisaje del curso del rio más dulcificado. El valle da
paso al río entre vegetación mediterranea como el olivo, frutales, almendro en
suaves inviernos y lluvias escasas.
Embarcadero de Vilvestre
Es un pueblo entre Saucelle y Mieza
donde visitamos su pintoresco embarcadero desde donde parten cruceros
fluviales. El cielo amenaza tormenta y va jugando con las nubes.
Mirador del Castillo de Vilvestre
Nos acercamos al mirador de Vilvestre
a 2 km del pueblo y ascendemos a un atalaya donde existió un castillo y podemos
ver las murallas y su espectacular mirador. El valle nos regala la vista a los
bancales regados por el río trabajados en la orilla portuguesa. Terrazas que
aumentan el suelo cultivable y evita la erosión por las lluvias en esas fuertes
pendientes. La tormenta se va acercando y el cañón se vuelve más bello aún
resaltando sus aguas de plata junto a los verdes cultivos.
La tierra está sedienta y como en un
ceremonial de lluvia nos abrimos y acogemos este regalo. Pertenecemos a la
Tierra y a sus ritmos, y como los antiguos guerreros la invocamos y
agradecemos. Resuena una frase en mi cabeza: “No todas las tormentas vienen para desordenar la
vida, algunas vienen a limpiar el camino…” Las gotas de lluvia
conforman un ritmo sagrado, como tambores ceremoniales. Es la danza de la
lluvia. Nos sentimos rodeados y habitados por la Madre Tierra.
Mirador
Rupurupay
A 3 km de
Aldeadávila y caminando por una pista de tierra 1,5 km descendemos a este
magnífico mirador. Tras la tormenta del día anterior la mañana está en calma.
La Naturaleza nos regala en todo su esplendor el cántico de la Tierra y sus
elementos: Tierra: Tú me sostienes. Me alimentas. Me dejas ser./ Aire:
Eres expansión. Eres libertad. Eres voz./ Agua: Tú me purificas./ Fuego:
Calientas mi espíritu. Disuelves todo lo malo.
Embarcadero
playa del Rostro.
Hay un
crucero fluvial desde el embarcadero de Aldeadavila que recorre el río Duero.
Está en un pintoresco rincón a 5,8 km del pueblo por carretera.
Mirador
de Las Escaleras
En
Fermoselle a 42 km de Aldeadávila está un bonito mirador que parte de la Ermita
Santa Cruz a 2,5 km del pueblo. Por una pista nos acercamos en 1,5 km andando.
La orillas
son más redondeadas pero los montículos de piedras que confiere na zona natural
y privilegiada. Aún queda las ruinas de la casa de los carabineros que
controlaban las fronteras, lugar de contrabando e intercambio.
Mirador del Gran Meandro
del Duero
A 10 kim de Fermoselle
en el pueblo Pinilla de Fermoselle parte una bonita ruta de 2 km de ida a uno
de los miradores más bellos que puedan existir en las Arribes. Es un lugar
natural donde no existe ninguna plataforma como mirador, sino vas buscando el
mejor ángulo de visión de este meandro sobre las rocas. Silencioso y milenario
se abre al movimiento del río a ritmo lento, calmado, sereno como el abrazo de
la Madre Tierra, nos protege, nos nutre. Nos sentimos enraizados. “Tierra me siembro en ti para que me crezcas… “ Jorge Gay
Mirador
Penedo Amarelo
En tierras
portuguesas, en el mismo pueblo de Miranda de Douro junto a las calles
comerciales se tienen vistas privilegiadas del cañón del río con verticales
paredes de granito.
Mirador de
las murallas
En la ciudad
de Miranda do Douro se pueden visitar varios monumentos como el castillo, el
jardín del obispo o el centro histórico. Junto a la concatedral encontramos
restos de la muralla y desde donde vemos el cañón del río.
Embarcadero
de Miranda do Douro
Estamos en
la Estación biológica internacional desde donde parten cruceros para visitar el
cañón desde abajo. Es un paseo delicioso con explicaciones de la fauna y flora
de los arribes, singularidades
ecológicas y medioambientales de todo este espacio natural. Las diferencias que
existen entre las especies vegetales de las 2 orillas orientadas al norte
o al sur. Al finalizar te dan una degustación de vino portugués.
Mirador
Fraga do Puio de Picote.
A 22 km de
Miranda do Douro, en el pueblo portugués de Picote se alza un espectacular
mirador de cristal sobre un meandro del río que hace un bello recodo.
Aquí
finaliza nuestro recorrido. “La única paz que encontrarás en las montañas es la
que tú mismo lleves allí…!”