Construida en Silanes (2021), un rincón escondido burgalés
y la primera ferrata de La Bureba. Con
calificación de K3 en dificultad, tiene más bien un K3 plus por el inicio intenso
y pasos donde hay que tirar de brazos. No es una ferrata de iniciación. Recientemente se ha realizado un trayecto de K4
alternativo.
Aparcamos en la entrada del pueblo
en un parking habilitado y avanzamos unos 300 metros hacia las rocas que
despuntan al fondo, llegando al bello entorno rocoso en el desfiladero de la
Canaleja por donde discurre un arroyo.
Entrada y salida al pueblo. Hay
unos pocos aparcamientos junto a la ferrata, pero desde el parking la
aproximación es cercana.
Nos ponemos en faena. Ascendemos
por una escalerita y ya cogemos las grapas que se elevan sobre el arroyo y
rápidamente con altura e intensidad, porque no dan respiro los primeras pasos
donde se combinan los pies para avanzar en unas minigrapas.
Al tener el río debajo da más
sensación aérea y frescura a la vez, el sonido del agua nos acompaña aunque
nuestros brazos nos exigen estar atentos a la fuerza más que al paisaje.
Para salir del arroyo lo cruzamos
con un pequeño puente mono que nos sirve de alivio tras un inicio atrevido.
El entorno se pone muy interesante
lleno de roca a nuestra alrededor.
Salimos y ascendemos flanqueando la
roca hacia una cueva muy apetecible por otro puente mono y que nos crea
curiosidad porque está oscura sin ver muy bien dónde nos estamos metiendo.
Entramos entre las rocas horadadas
por la acción del agua.
Detalle de la cueva equipada.
Hacemos una pared en ascenso
intensa donde no nos da respiro hasta ascender a la parte trasera del
desfiladero. Ahí ya podemos hacer un descanso y comentar el fabuloso recorrido
que nos han preparado.
Continuamos por una plancha de roca
cómoda y estética hasta ascender a la parte alta de la ferrata.
La ferrata aprovecha la riqueza del
macizo y nos aporta diferentes trayectos.
Al ascender a la parte de arriba ya
vemos el pueblo y un escape que nos indica la dirección si decidimos finalizar.
Vamos bajando hacia la pasarela de madera con cuidado porque la tierra nos
puede hacer resbalar y es una zona vertical, bien asegurados por el cable de
vida y ayudados por unas cadenas.
El desfiladero unido por el puente
es una bonita zona.
Destrepamos disfrutando del
entorno.
Tras la pasarela y sin dificultad
volvemos a ascender por una pared que nos deja justo encima del péndulo tan
esperado como expuesto. Hay que bajar a él por una brecha aérea.
Descansando sobre una repisa y una
grapa, acercamos con un alambre el péndulo para recoger la cadena. Nos
sujetamos con una vaga a la cadena y el disipador al cable de vida. Y ahí ya
impulsarnos hasta otras dos grapas, una para los pies y otra las manos. Una vez
pasado este vibrante paso sólo queda descender por zona empinada y otra vez
unas minigrapas.
Salida del péndulo en ambiente
aéreo.
Ferrateros que han pasado el aéreo
péndulo y bajando por la brecha alcanzando las grapas de la pared.
Ayudados por una cuerda descendemos
a través de una cueva hasta el puente de la Canaleja donde está la pasarela de
madera sobre nosotros y que hemos pasado anteriormente.
Bonito entorno con un puentecito y
merendero junto al arroyo. Se baja en unos minutos al pueblo. Se une el inicio
y el final por un senderito.
Fotogénico puente en el
desfiladero.
Detalle de las grapas que ascienden
por la roca.
Bonito telón de fondo de la ferrata
con los montes de la Verdina, montes Obarenes, paisaje que envuelve el pueblo
de Silanes.
Esquema de la ferrata de Miraveche
Silanes.
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