viernes, 23 de septiembre de 2022

Ferrata de Cigüenza.Villarcayo K2-K4 (Burgos)

 

Entretenida y en un bonito entorno es la primera ferrata de las Merindades.

Aparcamos junto a la iglesia en el pueblo de Cigüenza, a 3 km de Villarcayo y avanzamos hacia la vía verde desde donde se inicia la ferrata a pocos metros con panel informativo. Vemos el puente tibetano de 2 cables suspendido en el aire e iniciamos el ascenso equipados con arnés, casco, disipador y guantes.

 

Primer ascenso interesante y paso de puente tibetano donde el cable se mueve bastante.

Buenas vistas sobre el río Nela y el puente rojo de hierro aún sin acondicionar de la Vía verde del ferrocarril Santander-Mediterráneo que nos llevaría 10 km más adelante a Puentedey.


 Vista del puente de ferrocarril junto a la ferrata.

Continuamos bordeando la pared del roquero entre vegetación sin dificultad. Bajamos por una pared sobre la carretera que le da sensación aérea y en avance lateral nos ayudamos de grapas y roca.


Recorrido vertical de 240 metros con 2 partes: la primera de 180 m K2 y la segunda 60 m calificada de K4. Ambas con escapes que acaban en la via verde. Recorrido de 2,7 km y 300 m de desnivel.


Volvemos a ascender y de nuevo bordear el tramo de roca y bosque todo equipado con línea de vida.

Cruzamos una bonita pared.

Continuamos entre roca y bosque.



Llegamos al punto de división señalizado con un cartel: a la izquierda el escape hacia el pueblo y fin de la ferrata K2 y a la derecha si decidimos seguir al tramo K4 que ascendiendo por el bosque y la pared se llega a un paso de desplome para salvar una repisa y de vuelta al pueblo.

No puedes perderte: Antigua estación de Horna-Villarcayo a 1,5 km de Villarcayo siguiendo la vía verde.


Encontraremos la bonita locomotora de vapor Mikado donde el tiempo la ha oxidado, junto al apeadero y vías de tren que formaba parte del Ferrocarril Santander-Mediterráneo.

Entre 1930 y 1985 funcionó esta línea de tren siendo la de Villarcayo una de las principales estaciones con depósito de locomotoras, rotonda giratoria para llevarlas a las naves y taller de reparación de vagones. Ahora el panorama es desolador, ruinas y viejas vías sin destinos ni pasajeros. Aún conserva el encanto de las estaciones de antaño. Formaba parte del megaproyecto de ferrocarril que quiso unir los puertos de Santander y Valencia.


La antigua locomotora atrae la mirada del viajero que se haya acercado a este decadente y bello rincón, donde el tren se paró y no volvió a llegar. Se colocó en una vía muerta trasladada en 1991 para formar parte de un museo ferroviario que nunca se inició y ahora luce óxido y falta de esplendor.

La estación ruinosa conserva un completo distribuidor de agujas para desviar y cambiar de vias a los trenes que nos llama la atención.


Track de la via ferrata:
















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