Al amanecer lo normal es que cante el gallo, pero en nuestro caso lo que canta es el cuerpo. Que alegre todavía, nos hace saber que "tiene cuerda" ..así que no se hable más y a repetir. Levantamos del catre y en eso que nos cuesta medio "encebollarnos" para un cálido día entre las blancas alturas, perdemos el calor. Tras recuperar algo con una taza humeante, nos echamos a la calle y tiramos al valle de Tena mientras un bonito día se asienta.
Entre cochazos nos presentamos en Formigal. Subimos hasta Anayet sin esfuerzo 😜 al parking, no al pico y en lo mejor no lo más cercano, sino donde pega el solecito nos afincamos...
Crónica:
Del Rio
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