En estos últimos días de otoño, cuando disponemos de pocas horas de luz, podemos aprovechar para hacer una circular desde Altzo-Muño que nos permita recorrer el largo cordal Otsabio-Laparmendi y regresar por la vertiente oeste entre hayedos, alerces y encinares cantábricos. Será una mañanera que nos hará conocer un poquito más de esa "desconocida" Gipuzkoa.
Vistas del cordal Otsabio-Leparmendi con Aralar como telón de fondo
Comenzaremos la ruta un poco más arriba de Altzo-Muño junto a una visible estación de gas. Seguiremos hacia el sur en fuerte ascenso por una pista. En el primer cruce veremos en un árbol la indicación "Otsabio" que nos muestra la dirección por la que continuaremos. Una cómoda y constante subida por pista nos llevará hasta la parte superior del cordal cimero. La cima de Otsabio/Muñobil (801 m.) se nos presentará con sus cruces, buzones y vértice geodésico. Desde ese punto recorreremos hacia el sur todo este largo cordal por terreno kárstico a veces complicado. Tras pasar por varias cotas secundarias llegaremos hasta Laparmendi (814 m.) punto más alto de este cordal. Desde esta áspera cima tendremos grandes vistas hacia Aralar y parte de la geografía guipuzcoana. Continuaremos ya en descenso siguiendo la valla que hace de muga entre Altzo y Lizartza hasta el collado de Arraunta. Para regresar al inicio tan sólo nos quedará seguir las marcas rojiblancas del GR-21 (Camino Ignaciano), pasando por bellos hayedos que nos muestran sus colores otoñales en todo su esplendor. Pero otra sorpresa también nos espera al atravesar un encinar cantábrico muy frondoso y muy poco habitual por nuestra geografía.
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