miércoles, 28 de noviembre de 2018

"PR-Bi 101 Peñas Blancas Alonsotegi Sendero Interpretativo", tercer premio del Concurso de Senderos de la BMF. José Pedro Otaola.

PR-BI 101 PEÑAS BLANCAS ALONSOTEGI SENDERO INTERPRETATIVO
José Pedro Otaola Viñegra.




INTRODUCCIÓN

Este recorrido por el PR-BI 101 de Alonsotegi es un itinerario interpretativo y educativo.

En ciertos puntos del camino un panel  nos explicará: el entorno, el medio ambiente, la vida animal, las minas, las ermitas…todo ello explicado claramente mediante frases cortas y amenas, tipo ¿sabías qué…?

Es un paseo cultural sobre la historia del pueblo de Alonsotegi, de las labores que se hacían antaño, de los bosques que hubo ayer, del duro trabajo de los mineros, de los animales que habitan o vivieron por estos pagos, y de las construcciones civiles y religiosas.

Por lo anterior: abramos bien los ojos, despejemos nuestras mentes e interioricemos lo que nuestro amigo “el Alcaudón” nos vaya comentando sobre lo que vemos, y sobre lo que no vemos.

Recreemos la vida del ayer por los barrios de Irauregi, especialmente Zamundi. Contemplemos los restos, las bocaminas, la ganga del mineral y las afiladas agujas que quedaron tras extraerles la mena. Y tendremos cuidado al pisar entre las grietas u hoyas producidas por la extracción del mineral de hierro.

Admiremos el paisaje de la campiña con sus pastos, su arbolado, su caserío y sus animales domésticos pastando.

Será posible   el divisar sobre nuestras cabezas aves rapaces planeando en busca de comida. Y también aves menores entre los árboles como el mirlo en busca de algún gusano despistado o una cereza madura, alguna urraca con su traje blanco y negro, algún estornino que le gustan los campos cultivados para buscar el gusanillo, y es posible ver al alcaudón común apoyado en las alambradas o en las ramas espinosas. Verlos en plena faena sería un éxito sólo posible para los expectantes ornitólogos, no para los senderistas de a pie como yo, impaciente por terminar  “el pequeño recorrido”.

Del bosque del ayer veremos cómo las encinas surgen muy distantes unas de otras entre las grietas de las rocas. Y donde antes brotaban numerosas, ahora su espacio está invadido por el Eucalipto y por el Pino.

Podremos ver casas de mineros y tres ermitas, muy distintas ellas, en nuestro lento y cultural paseo por las faldas de la sierra de Sasiburu.

Y una vez en el cresterío contemplaremos: el gran circo formado por el río Cadagua, y el poblamiento urbano de Alonsotegi, y la gran sierra al sur, nuestro querido Ganekogorta.

Yo he disfrutado realizando estos pocos kilómetros y deseo que sea de vuestro agrado y leáis con atención las palabras de mi personaje protagonista “El Alcaudón”.
Aquí en la comunidad de Wikiloc encontraréis mi recorrido por la sierra norte de Alonsotegi- - Peñas Blancas –Sasiburu
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/pr-bi-101-penas-blancas-alonsotegi-24086701
PASEO INTERPRETATIVO POR EL PR-BI 101-
PEÑAS BLANCAS

Hoy voy a sobrevolar con vosotros la parte norte de Alonsotegi. Lo tienen definido con la matricula PR-BI 101.
Pero antes me voy a presentar, ya que me lo pide Petrusota, el autor del Wikiloc.
Soy un ave voladora, mi nombre es Alcaudón. Soy un ave pequeña, mido unos 15 centímetros de pico a cola. Y mi comida preferida son los insectos: no me importa que sea una hormiga, un grillo o un saltamontes.
Así que no hablo más de mí y hablemos del encargo  mientras sobrevuelo el sendero de pequeño recorrido tan bonito y diverso.
Empiezo en la plaza de San Antolín en Irauregi.

Historia reciente:
La historia de Alonsotegi la podemos dividir en cuatro grandes períodos históricos:
1º. Como parte integrante del municipio de Arrigorriaga hasta finales del siglo XV o comienzos del XVI.
2º. Como anteiglesia independiente desde el siglo XVI hasta el 13 de noviembre de 1888.
3º. Anexionado al municipio de Barakaldo desde el 13 de noviembre de 1888 al 31 de diciembre de 1990.

4º. Nueva etapa, iniciada el 1 de enero de 1991, constituyendo un nuevo y distinto municipio en unión con el barrio de Irauregi, vieja aspiración que por fin cristalizó, haciéndose realidad.

Y vuelo al municipio de Barakaldo para encontrar la desanexión del año 1991. Y dice lo siguiente:
“El nuevo municipio de Alonsotegi inicia su andadura el dí­a 1 de enero de 1991, después de una larga gestación que culminó en tres actos importantes, prefijados en la Normal Foral 2/87 de 11 de febre­ro, reguladora de las Demarcaciones Municipales de Bizkaia. Estos fueron los actos:
1)      Aprobación de la desanexión por el Pleno del Ayuntamiento de Barakaldo en sesión extraordinaria, celebrada el dí­a 21 de diciem­bre de 1989, sancionada por unanimidad de los 27 miembros del Consistorio.
2)      Referéndum celebrado el dí­a 22 de abril de 1990 entre los veci­nos que iban a formar el nuevo municipio, con un resultado de 1.114 votos afirmativos, 426 negativos, 871 abstenciones, 37 votos en blanco y 26 votos nulos.
3)      Aprobación, también por unanimidad, en las Juntas Generales de Bizkaia, en sesión plenaria celebrada en Gernika el dí­a 20 de noviembre de 1990.
Este nuevo municipio de Alonsotegi se ha formado por la unión de dos territorios, separados por el rí­o Kadagua, la antigua anteiglesia de Alonsotegi y el barrio de Irauregi que, hasta el 31 de diciembre de 1990, siempre perteneció a Barakaldo.”

Recorrido:
Sobrevuelo un poco la plaza de San Antolín, la espadaña campanil de la ermita y tras beber unas gotas de la fuente, alzo el vuelo para posarme sobre el panel informativo del recorrido PR-BI 101 Peñas Blancas.
Estudio el recorrido, veo el  MIDE (Método de información de Excursiones), su altimetría y los puntos principales del recorrido. Destaco los datos de Longitud 9 km, tiempo 3h, 30’, ascensión de 580 metros y descensos de 557 m.
Así que en mi vuelo rasante comienzo a cruzar las vías del tren Bilbao-Balmaseda. Un cartel de señales me dirige hacia el barrio de Torregoiko.
Asciendo en suave vuelo sobre el suelo hormigonado hasta encontrar un pequeño poste que indica Zamundi. Giro a la izquierda y allá vamos. Casi podría ir saltando de rama en rama, de los viejos robles solitarios que ornan el camino. Contemplo desde mi altura voladora, unas bellas casas engalanadas, unas huertas en su entorno, y dos asnos que quieren salir de su campa.
Llego al cruce que desciende hacia el puente de Loibeberri, y bajo mis pies a la izquierda veo un técnico en una caseta de mantenimiento, pero los que van andando deben apretar el paso ya que se inicia una buena cuesta de cemento tableteado (será para que agarren los coches) y yo no tengo problemas en mi vuelo. Hago dos bruscos giros de derecha primero e izquierda después. Observo marcas de neumáticos en estas curvas, habrán sido duras para los automóviles.
Revoloteo un poco más y me encuentro ante el panel de la CAMPIÑA, desciendo un  poco para apoyar mis patitas sobre él  y conocer la información que relata.

PAUSA CAMPIÑA:
¡Qué grata sorpresa! Salgo yo en este cartel con mis congéneres los Alcaudones, y con mis vecinos los mirlos. ¡Es que nos encanta la campiña!
Un mosaico de huertas, prados verdes, setos abigarrados, bosques y plantaciones diversas, salpicado de aislados caseríos o pequeñas barriadas, conforma el paisaje de la campiña en Alonsotegi.
La campiña atlántica, habiéndose formado en torno a los caseríos, es un ecosistema relativamente joven, reflejo de una forma de vida que hoy tiende a desaparecer. Durante siglos la agricultura y la ganadería fueron las actividades básicas que modificaron este paisaje. Pero con el comienzo de la era industrial y la decadencia de los caseríos, gran parte de estos terrenos fueron ocupados por plantaciones forestales, principalmente de eucaliptos y pinos de Monterrey,-pino insigne, pino de California o científicamente Pinus Radiata-
Y podéis ver en los lindes, tanto a izquierda como a derecha, de las praderas mi hogar de espinos. Estos sirven, además de para marcar límites entre propiedades, son el hogar y escondite de gran número de animales, mi amigo el mirlo, negrito y con su pico anaranjado, y por el suelo la rápida comadreja, ágil, huidiza, de muy buen olfato y oído y con fama de agresiva. Así es la comadreja, un pequeño carnívoro que puede cazar presas que superan entre cinco y diez veces su tamaño. Topillos, ratones y hasta aves de corral pueden ser sus presas.
Pero ahí, entre los espinos, también me gusta a mí vivir. Sé que algunos me definen como un verdugo o pájaro torturador me describe alguno. Pero sólo soy un pobre Alcaudón, que necesito de los espinos y alambradas para guardar mi alimento como despensa.
Sigo contemplando desde mi panel-atalaya la campiña. Veo pastos que descienden hacia el Cadagua, al frente la montaña de Akatza de 377 m, que desciende del Ganeroitz de 561 m. hacia Alonsotegi y a la derecha elevando la vista las zonas rocosas que conforman el entorno de peñas Blancas. Por aquí el ganado pasta libremente hasta que llega el invierno.

Recorrido:
Tras la pausa sigo volando sobre la pista de cemento. Veo más prados a ambos lados, observo una plantación de eucaliptos a mi derecha. Yo avanzo aleteando. Veo el poste de señales a Peña Chiquita y a Zamundi.
En una curva con caserío a mi izquierda, unos perros ladran. Toda la valla la tiene decorada el aldeano con objetos pintorescos y un pequeño pilón que recoge el agua de un manantial más arriba. El color rojo y blanco en la cadena de acceso para visibilidad de los coches.
Unas ovejas pastan tranquilamente en las campiñas de la derecha. Y por la izquierda de la pista un pequeño arroyo desciende a unirse al Cadagua. Ya veo la principal casa de Zamundi. Casa hoy en día deshabitada, pero que en la época minera sería un continuo bullicio. Una fuente abrevadero adorna el entorno.
Llego a la barriada de los mineros, tres humildes casas me reciben, sobrevuelo sus pequeños tejados, veo ya las rocas que emergen de la tierra, de forma un tanto dispersa. Veo marcas en alguna roca de los barrenos. El camino gira a izquierda, se abre entre peñascos para alcanzar la zona recreativa de santa Quiteria. Una pequeña ermita, una gran casona al fondo, y un arbolado de encinas, eucaliptos y plátanos dan sombra al lugar.
Encuentro un segundo panel a la sombra de los eucaliptos y al borde derecho del camino. Aquí ya finaliza el cemento en el suelo y se inicia el suelo terroso primero y luego pedregoso.


PAUSA ZAMUNDI :
El macizo montañoso de la cuenca del Cadagua ha sido, durante cientos de años, lugar de extracción de mineral de hierro y piedra caliza. Con la llegada de la explotación masiva (s.XX) este entorno se convirtió en un mosaico de minas.  Augusta, Dolores, Elena, Amalia, Barria…son nombres de las minas que formaban el coto minero de Zamundi. Y es que gran parte de las minas solían ser bautizadas con nombres de mujer.
Al principio, la extracción de mineral se llevaba a cabo en galerías excavadas en esta zona cárstica. Pero a finales del siglo XIX comenzaron a utilizar la explotación a cielo abierto, empleando dinamita y pólvora para extraer el mineral.
“El trabajo diario, según Elhuyar, era de unas cuatro horas…..Cada obrero extraía de 14 a 16 quintales machos al día, y a veces hasta 20. Como cada carga se vendía a 1 real, lo máximo que producía un obrero eran 8 reales por día. El sueldo diario de un jornalero eran 5 reales. Según Elhuyar, teniendo en cuenta esto y los gastos fijos en herramientas, manutención de bueyes y pólvora, apenas les quedaban ganancias a los mineros. Así, los únicos que obtenían beneficios líquidos eran los “revendedores”, es decir, los comerciantes de vena.”  
Los barrenadores eran los encargados de hacer el agujero  para meter los explosivos. Estos orificios tenían una profundidad media de 4 metros y en su excavación podían emplearse entre 1 y 4 horas.
El mineral extraído se transportaba en carretas tiradas por bueyes o mulas. Pero la extracción era cada vez mayor. Para transportar el mineral extraído en 1896 se solicita la construcción de un tranvía aéreo que uniera el coto minero de Zamundi con el ferrocarril Santander Bilbao, que a su vez, transportaba el mineral hasta el cargadero de Cadagua en Zorroza.
Los tranvías aéreos eran necesarios para salvar los grandes desniveles. Estaban formados por varios cables por los que se deslizaban los baldes cargados de mineral.
En las zonas mineras existían tanto mitos, como leyendas y curiosas costumbres. Algunas como la creencia de que las brujas que se reunían de noche en las campas del entorno eran las responsables del mal de ojo sobre los mineros. Y estos atribuían la desaparición de las brujas a la aparición de la pólvora. Y en los barrios mineros del Cadagua se bendecía la ropa del afectado del mal de ojo. Y con esta curiosidad termino este panel y la segunda pausa.


Recorrido:

Me acerco hasta la última casa de Zamundi, una casera da de comer a unas pocas gallinas unos granos de maíz. Yo, no soy granívoro, prefiero los insectos como el abejorro o el saltamontes…y otro tipo de animalillos.
A la izquierda una bella campiña, rodeada ya de plantaciones arbóreas. A mi derecha unos grandes eucaliptos y unos pocos ejemplares de encinas. Árboles que abundaban aquí antes de la llegada del nefasto eucalipto.
El camino que pisan los senderistas es de tierra y alguna piedra suelta.
Pero yo me voy a detener junto al tercer panel para estudiar un poco el encinar. Veo rocas entre los árboles centenarios, zarzaparrillas que trepan formando unas grandes telarañas, que a los senderistas les costaría atravesar, yo lo sobrevuelo y con mi pequeño tamaño puedo posarme entre las ramas y contemplar en su esplendor el ENCINAR. Merece bien una pausa este recorrido para ilustrarnos sobre la naturaleza boscosa del lugar. Así que una breve parada.

PAUSA EL ENCINAR :
Encinar un bosque de difícil acceso. Sobre el Karst de Peñas Blancas crece una de las comunidades vegetales más curiosas del entorno: el Encinar Cantábrico. Estos bosques típicamente mediterráneos son relictos de los encinares que dominaron la zona en épocas pasadas. Engañado por las rocas…sobrevive este bosque de origen mediterráneo en un clima frío y húmedo como el nuestro. La roca caliza sobre la que crece el encinar, tiene un gran número de grietas que no permiten que el substrato retenga el agua de la lluvia. De esta forma, la encina cree vivir en un clima mucho más seco.
Otros habitantes…conviven con la especie dominante, la encina. Madroños, labiérnagos, lentiscos, aladiernos y espinos, entre otros, sirven de soporte a la zarzaparrilla, que trepa por el tronco para posteriormente dejarse caer, formando una cortina de espinas difícil de penetrar. Son pocas las aves capaces de habitar en bosque tan cerrado. Para ello especies como el mirlo o el arrendajo han tenido que desarrollar alas más cortas.
Mamíferos de gran tamaño, como corzos, jabalíes y tejones encuentran en el encinar una buena zona donde esconderse, cerca de las plantaciones y huertas, fuentes de alimentos.
Antiguos usos dados al bosque: Durante siglos los humanos han explorado estos bosques como fuente de la cual se alimentaban, calentaban y usaban como material de construcción.
Así pues los primeros carboneros utilizaron la madera  de los árboles como la encina para la elaboración de carbón vegetal. Con el alimentaron los hornos de las ferrerías, calentaron sus hogares…
Pero para que obtuvieran 1 Kg. de carbón vegetal necesitaban 5 kg. de leña. Y a su vez, para fundir 1Kg. de hierro eran necesarios 5 Kg. de este carbón. Esta práctica humana ha hecho desaparecer grandes extensiones de encinar Cantábrico. Así los animales tenemos menos escondites vitales.

Recorrido :
Ahora, simpáticos senderistas, comienza vuestro recorrido más divertido y entretenido. A vuestra derecha tenéis las encinas y a la izquierda, ya, las últimas praderas de la campiña. En el suelo afloran las rocas, no os resbaléis. Junto a una alambrada deberéis ascender con cuidado para que realicéis un pequeño zigzag entre las viejas encinas.
Si vais con atención observaréis la construcción de una rampa, plano inclinado, por donde bajaban el mineral las carretas de bueyes o las reatas de mulas. Mirad al suelo y contemplaréis piedras ferruginosas, y en las rocas laterales de la rampa pequeñas vetas de color hierro, señal que hubo oligisto y siderita en estos montes denominados Peñas Blancas o actualmente el cordal de Sasiburu.
Superado el plano inclinado, queridos humanos, saldréis a una gran pista. Debéis girar a derecha y pronto un poste de señales indica adentrarse entre las rocas para ascender a Peñas Blancas o Apuko. Por ahí iba también el Sendero GR 281 Ilso-Enkarterri, hoy en día deshomologado, al igual del PR-BI 101.1. (Hermano pequeño del que estoy haciendo sobrevolando sobre vuestras cabezas para que no os perdáis.) No hagáis caso a ese poste, no trepéis a las rocas superiores. Seguid la pista hasta encontrar la gran pista que recorre toda la sierra. Pista apta para vehículos, personas, animales.
Si miráis a izquierda, esta primera loma es “EL HUMILLADERO” monte donde se reúnen el segundo domingo de junio los montañeros del club alpino GOIKOMENDI, de Alonsotegi. Realizan un memorial por todos los montañeros que fueron socios de ese club.
Y ahora cómodamente, yo al ir más elevado veo a mi izquierda el valle del Regato y a mi derecha el valle del Cadagua.  Vosotros unas veces veréis uno u otro. ¡Qué pequeño se ve Alonsotegi bajo el roquedo de Ezpelarri de 370 m.!
Elevad la vista y la cima herbosa que veis, tal vez ocupada por caballos y  vacas es Sasiburu. Sólo tenéis que subir campo a través en una diagonal imaginaria hasta el buzón cimero. Os espero en el gran hito superior.
¿Qué, cansados de la última rampa? Descansad un poco y luego abrid bien los ojos. ¡Qué panorama! A vuestros pies el municipio de Alonsotegi, enfrente el imponente Ganekogorta.  Ahí, 20 metros más abajo, encontraréis un panel explicativo de lo que veis, como si fuerais un pájaro como yo. Yo soy alcaudón, pero vosotros podéis ser águilas de gran visión. Y un banco para sentarse, aunque es más agradable el frescor de la hierba verde.
¿Os gustan los toboganes o la montaña rusa? ¡Siiii!; pues seguidme.
Continúo en mi bajo, subo, bajo, subo, bajo, subo así hasta el monte Arrolatza de 454 m, y tal vez os hayáis saltado el humilde Tellitu de 462 m. Este está señalizado con una pica y una pequeña chapa en el borde del precipicio.
Unas grandes rocas coronan el Arrolatza, varios buzones y placas de homenajes. Podréis hacer un pequeño descanso y en seguida empieza el duro descenso por el gasoducto. Con vistas estupendas sobre Bilbao hasta el Abra, desde estas solitarias rocas.
Debéis bajar con precaución para no castigar vuestras rodillas, yo con aleteo suave desciendo hasta el poste que me indica internarme por un pinar. Ahora sí el sendero que veo bajo mis pies es estrecho, descarnado, alguna piedra resbaladiza y surcos producidos por el agua. Unos pequeños postes y fijándome en las marcas llego a la pista inferior pasando una valla abierta, donde debo girar a derecha para alcanzar la ermita de Santa Águeda. Paso junto a un pequeño refugio y ya estoy en la fuente. Me remojo un poco y con mi pico bebo unos traguitos continuos.
Me poso en la mesa junto al poste de señales del Camino de Santiago, el PR-BI 101 y desde la sombra que me da el árbol contemplo la preciosa ermita de Santa Águeda.

PAUSA SANTA ÁGUEDA:
La ermita de Santa Águeda, una de las mayores de Bizkaia, se sitúa en un alto, en las estribaciones del monte Arrolatza. Conduce a ella un empinado camino que parte desde el conocido puente del Diablo, sobre el río Cadagua, y pasa cerca de los restos de una antigua calzada.
La devoción a Santa Águeda en este barrio es muy antigua. Sabemos que la actual ermita se construyó en 1584, pero ocupó el lugar de otra anterior. El templo ha sido remodelado a lo largo de los siglos, añadiéndosele en el siglo XVIII las bóvedas, la sacristía y la espadaña. En el siglo XX, además, ha sido restaurada en 1959 y en 1996.
La ermita es una construcción de mampostería, con un pórtico en madera que cobija su acceso, en arco de medio punto. El interior se ordena en cuatro tramos más la cabecera, más estrecha. Se cubre con una bóveda de lunetos que apoyan en pilastras, salvo la zona del altar, con bóveda de crucería. Sobre el arco triunfal del presbiterio puede leerse el primer verso del himno a la santa: Aintzaldu daigun Agate Deuna, glorifiquemos a Santa Águeda.
Las ventanas de la ermita se cierran con vidrieras elaboradas por la empresa Vidrieras de Arte. Representan a Santiago Peregrino, la Virgen de Begoña y San Ignacio de Loyola. En el muro de los pies, sobre el coro contemporáneo, un mural del siglo XX recuerda a los coros de Santa Águeda.
Preside el altar mayor un retablo barroco de hacia 1770, con una buena imagen de Santa Águeda en el camarín, entre columnas doradas, con motivos vegetales y espejos. Acompaña a la imagen una escultura de un ángel que porta una cartela en la que se puede leer AGATE DEUNA (Santa Águeda). Corona el retablo una talla de Cristo crucificado, de fines del siglo XVI.



Recorrido:
¡Senderistas! Debo retomar el vuelo tras esta instructiva pausa. Ahora lo tengo fácil, es seguir el asfalto hasta encontrar, primero la calzada medieval y en su curva, la abandono ya que el poste manda volver a Alonsotegi.
Un camino entretenido y variopinto me acompaña: Este sendero sombrío y húmedo, rodeado de intensa vegetación alegra mi revolotear. Puedo posarme en las ramas de robles, o de pinos, o de abedules, o avellanos e ir sorteando las zarzaparrillas. Un ancho camino cruza perpendicularmente mi sendero. No le hago caso, prefiero seguir recto ya que en una pequeña curva desciende un pequeño arroyo. Me poso en él para remojar mis alas por el excesivo calor. Ahora ya puedo seguir. Y me encuentro con el camino perpendicular que he cruzado hace unos pocos minutos. Este tramo me ha parecido un poco selvático, cubierto de vieja vegetación, donde crecen los árboles a gusto y se oye el cantar del pequeño arroyo que entregará sus aguas al Cadagua. Es una pequeña selva dentro de este maravilloso recorrido PR-BI 101 Peñas Blancas.
Ahora sobrevuelo la zona donde se nota la mano de vuestros hermanos los seres humanos.  Es terreno de la autopista Supersur, inaugurada en 2011, y sale bajo Santa Águeda por túnel de 1980 metros, para en un elegante viaducto volar sobre el Cadagua para adentrarse en el monte Arraiz. Miramos a la izquierda y contemplamos la imponente obra de ingeniería.
Descended con cuidado, hay piedras grandes sueltas debido al movimiento de la obra, y al bajar unos cien metros un poste os indica ascender a vuestra derecha para cruzar por unos pasos habilitados a personas, yo sobrevuelo la valla verde, y tras unos metros encontraréis la segunda valla con su cartel de propiedad de la autopista “Interbiak”. Así que respeten los pasos y los crucen con cautela, precaución y respeto.
Ahora ya en pista segura y junto a unas torretas de comunicación inicio el descenso hacia el bello pueblo de Alonsótegi.
Veréis que los eucaliptos os acompañan durante un buen rato, la plantación de ellos es excesiva en esta ladera del cordal del Sasiburu.  Ya estoy cansado de volar sobre eucaliptos, pero al final veo las copas de los pinos, las casas altas de Alonsotegi, algunas praderas y huertas. Y por fin alcanzo el cruce inicial que me hizo girar a izquierda para subir a Zamundi. El poste humilde sigue ahí.
Ahora en línea recta me topo con las vías del tren de Bilbao-Balmaseda. Las cruzo, ya estoy en Irauregi y me poso en la fuente que está junto a la ermita de San Antolín. Y aquí termina mi recorrido de 9,76 km, con un tiempo de vuelo de 2 horas y 43 minutos y casi el mismo tiempo aposentado sobre los paneles para enterarme de la historia de este PR-BI 101. He descansado 2 horas y 28 minutos. Este camino –sendero tiene una dificultad baja y es apto para los que están acostumbrados a caminar unas tres horas.

PAUSA SAN ANTOLÍN:
Y ya para terminar leo el último panel junto a la ermita para conocimiento de todos los senderistas de este recorrido INTERPRETATIVO.
La ermita está situada junto al antiguo camino Real que unía Bilbao y Balmaseda, calzada que transitaron los mercaderes y peregrinos en su ruta hacia Castilla y Santiago de Compostela.
Esto podría tener relación con las cruces de la Orden de Santiago que están grabadas en los tres bancos del siglo XIX que se conservan en el interior de la ermita. A la entrada de la ermita se encuentra la pila bautismal del siglo XVI, que tal vez fue utilizada para bautizar a uno de los hijos más ilustres de Alonsotegi, el historiador Fray Martín de Coscojales, nieto de los patronos de la ermita.
Fray Martín residió en conventos de Salamanca, Talavera, Valladolid y Bilbao, y escribió varios manuscritos destinados a explicar las Antigüedades de Vizcaya, algunos de los cuales se conservan en el parlamento Vasco.
La festividad de San Antolín es el 2 de septiembre, y es el edificio más antiguo y valioso de Alonsotegi. Ha sido restaurada en 1998, gracias  a las aportaciones de los habitantes de este municipio. La ermita conserva el retablo original de estilo romanista, que data del siglo XVI. En él aparecen las figuras de Antón Pérez de Coscojales y Elvira Jiménez de Rentería, los patronos de la ermita. También figuran dos escudos policromados, que pertenecen, probablemente, a la familia Coscojales.
Con esto termina mi vuelo y me voy a la campiña para encontrar algún saltamontes. ¡Adiós senderistas del PR-BI 101!
Autor: José Pedro Otaola Viñegra
Fecha Realización: 18-04-2018
Bibliografía y Webs:
*Libro y PDF: “Burdingintza Triano eta Galdamesko mendietan / Minería del hierro en los montes de Triano y Galdames.”
*La vida del carbonero y proceso para la obtención del carbón vegetal. (Valle de Gordexola): http://www.euskonews.com/0067zbk/gaia6703es.html
*Del libro:”País vasco una mirada curiosa sobre el territorio” Bizkaia-03-Los tres pinos de Adán. Pág. 154. http://www.ingeba.org/liburua/EUSKADI%20UNA%20MIRADA%20CURIOSA%20DEFINITIVO.pdf

Medios de transporte:
Bizkaibus: A3342- Bilbao-Sodupe-Artziniega
A3343: Bilbao-Sodupe- Gordexola
A 3341: Bilbao-Sodupe-Arrespalditza-Respaldiza
A0654:  Balmaseda-Gurutzeta/cruces-UPV/EHU
Tren (La mejor opción) Bilbao Balmaseda  con parada en Irauregi, inicio del PR-BI 101

Cafés y restaurantes en Alonsotegi: IT Alonsotegi / Batzoki/ Arizmendi/ Café Geltoki/ Terraza Alonsotegi.
 

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