Llevaba un año sin pisar el Pirineo, desde aquel 5 de febrero del 22, que bajando del pico Fenias me rompí el cruzado, y tras la larga recuperación tocaba volver a disfrutar del Pirineo y el monte elegido para la vuelta es el Petrechema, uno fácil, para que nos devuelva sensaciones perdidas y podamos disfrutar de la jornada de la vuelta. En esta ocasión tan señalada me acompaña el amigo José Marí.
Comenzamos la subida desde el refugio de Linza, muy concurrido a las ocho y media de la mañana, el día es esplendido, no hay ni una nube, pero nos sorprende la poca nieve que hay en la zona, aun así cargamos con las raquetas y el material de invierno, crampones y piolet. Cruzamos el pequeño puente para salvar la regata y nos dirigimos en dirección E. subiendo una pendiente hasta que se suaviza y desciende a media ladera hasta la fuente de Linza, donde al fondo hay una cabaña que dejaremos a la derecha. Vamos subiendo por las laderas de Lapakiza, con poca o nada de nieve, en dirección E. por fuerte pendiente hasta que suaviza y llegamos hasta el collado de Linza. Seguimos por la senda de la derecha y al poco nos ponemos los crampones ya que vamos a media ladera norte y la poca nieve que hay está bastante dura. Alcanzamos un pequeño collado, donde nos quitamos los crampones, una pareja que baja de la cima nos dice que está prácticamente limpia la última pala. Giramos a la izquierda, hasta alcanzar el inicio de la pala oeste del Petretxema que remontamos sin problemas llegando a la cima.
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