Tal cual lo harían unas maquinas de las de cables y batería, no de las que son buenas en algo ..aunque igual también procedemos automáticamente de par de mañana y antes de salir el sol, ya lo estamos haciendo nosotr@s por la puerta de casa. Lo justo arrancar motores, un toque a cada pedal y ya estamos en las afueras de Canfranc. Como únicos compañeros tenemos al frio y lo último que queda de oscuridad, que termina de disiparse por las alturas en lo que nos enfundamos las botas, sacamos los esquís y damos el primer paso hacia la aventura ...
Crónica: Gruta helada de lecherines
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