Por la carretera CA-275 llegamos a
Villaescusa del Ebro, sin pasar el puente sobre el rio Ebro veremos en frente
un parking donde se inicia la ferrata.
Cogemos el sendero de la izquierda junto a una
caseta que está indicado con un cartel y continuamos 20 min en ascenso hasta
llegar a una pared rocosa. Este mismo camino lo haremos de regreso.
Iniciamos la ferrata por una pared equipada hasta
la siguiente vertical que ya tiene un resalte rocoso en ligero desplome y hay
que tirar de brazos.
Son pasos chulos y da carácter a la
instalación.
Llegamos al puente tibetano de 48,5 metros que se
mueve bastante, sin tensores intermedios que le den estabilidad. La progresión
la hacemos lenta pero segura. Hay que estirar mucho los brazos para agarrarnos
a los hilos laterales superiores.
Personas que midan menos de 1,60 m necesitarán 2
vagas que alarguen el disipador. Yo mido 1,64 m y llegaba justo a agarrar los
cables con las yemas de los dedos en su tramo final.
Al finalizar la ferrata se hace un bonito destrepe
ayudados de cadenas y grapas. Llegamos de nuevo a la senda inicial del
recorrido y volvemos al parking.
Finalizada la ferrata. Duración: 20 min ida, 1 h de recorrido. 20 min
vuelta. Es gratuita y por ahora no hay que inscribirse para hacerla.
Vistas amplias del pueblo desde la ferrata.
Podemos ampliar la excursión visitando arte
románico con bonitas iglesias como San Martin de Elines a 3,3 Km de Villaescusa
de Ebro y dispone de bar.
Otra opción para añadir es ir al pintoresco pueblo
de Orbaneja del Castillo a 6 km y no sólo por ver su cascada y bonito pueblo
sino ascender al Castillo de Orbaneja, al “beso del camello”. Curiosas
formaciones rocosas como almenas que protegen el recinto del castillo.
En el ascenso desde el mismo pueblo pasamos el
puente sobre el rio Ebro y bordeamos el monte. Atravesamos una primera muralla
y seguimos por otra muralla defensiva que protege el castillo en su zona más
expuesta. El resto está protegido por murallones de roca imposibles de asediar.
Las vistas desde lo alto son fantásticas: las
hoces inmensas del Ebro nos dan la bienvenida que durante miles de años han
horadado las roca kárstica y abajo el recogido y bello pueblo burgalés de
Orbaneja, casas de entramado medieval nos recuerda su pasado judío por la calle
Almojada que pudo ser una aljama judía. Interesante la convivencia entre
cristianos, judíos y musulmanes. También fue protagonista del Camino de Santiago en la ruta alternativa a
la del Camino francés.
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