Viernes por la tarde. Las obligaciones de la semana ya son cosa del pasado y con equipaje ligero, botas y mochila; tras encontrarnos el grupo cargados de ganas e ilusiones tiramos rumbo sur, recayendo a los pies de las alturas ibéricas. Después de la kilometrada, saciamos el hambre con manjares de la tierra y comentada la jugada de la siguiente jornada, que se prevé pueda tener cierto "infierno celestial", a la cama.
A la que ya lleva un rato cantando el gallo, abrimos el ojo...
Crónica: Travesia Cañón de rio Lobos
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