Peña Abeja 847 m, cuevas, salinas y Monasterio de Herrera (Burgos)

 

Vamos a unir la montaña y la cultura en este camino deliciosamente escondido entre los montes Obarenes. Partimos del pueblo de Ircio por la BU- 735 a 6 km de Miranda de Ebro y avanzamos por la carreterita paralelos al río y la vía del tren hasta llegar a un pequeño aparcamiento donde dejamos el coche y un letrero a mano derecha nos indica Yermo Camaldulense de Herrera. Si continuamos por la carretera hacia Haro pasamos frente a los Riscos de Bilibio donde se asienta la ermita de San Felices conocido por la Batalla del vino. Seguimos la pista 3 km bajo la Sierra de Gobera por el GR 99 o Camino del Ebro.

Es una zona con diversos caminos donde confluyen senderos hacia La Rioja y Burgos y que en otras épocas fue una zona de riqueza por su minas de hierro, carboneras, hornos, abundante agua y salinas. Actualmente, ha perdido su esplendor quedando los caminos a penas transitados por montañeros y ciclistas.

Explicación de cómo funcionaban las salinas.

Pasamos junto a unas antiguas salinas identificadas con un cartel informativo y donde podemos ver diferentes depósitos, resto de construcciones y un pozo profundo de donde se extraía la sal. 

Depósito de las salinas.

Antes de llegar al monasterio encontramos sin señalar las cuevas artificiales de Herrera a la izquierda unas pequeñas y a la derecha las más amplias. Se desconoce si en otros tiempos fueron pobladas por trabajadores de las minas y salinas o por eremitas rupestres para su vida ascética y meditación o quizás por ambos. 

Sin duda, entrar en ellas con linterna es toda una aventura con diferentes pasillos y estancias, un pequeño mundo de apartamentos subterráneos.

Llegamos a los sólidos contrafuertes del monasterio escondido que tras los muros de piedra nos regalan paz. Todo el entorno natural está envuelto en sosiego y oración alejados del mundo entre montañas. 

Aunque ya sabíamos que no se podía entrar a visitar no perdíamos la esperanza de que algún monje eremita con su hábito blanco cruzara la puerta del recinto monacal para una tarea rutinaria y ver los restos medievales del antiguo convento por la puerta entre abierta. 

Aunque teníamos la opción de tocar la campana para comprar miel daba un poco de reparo romper su silencio por nuestro interés. Nos contentamos con el cartel de: los hombres pueden entrar a la oración de 15 a 17 h los martes y jueves.

Yermo camaldulense de nuestra Señora de Herrera.

Es un rincón fuera del tiempo. Al acercarnos sientes un imán que te da alegría por dentro: - Qué bien que existan lugares sin cobertura y sólo una pista para 4x4 lo una a la civilización…!. Yermo significa desierto, y de eso se trata, de una vida eremita de silencio, soledad y custodia en la humilde celda con huerto que no podemos ver. Estamos ante una antigua abadía medieval cisterciense del siglo XIII abandonada tras la desamortización de Mendizabal en el siglo XIX y que actualmente once frailes eremitas forman la comunidad camaldulense, única en España. Según parece hay lista de espera para entrar.

Continuamos por la pista que bordea el monasterio durante 3 km desviándonos en un cruce a la izquierda para ascender desde una señal verde de pintura a la derecha dejando la pista por un bosque húmedo hasta Peña Abeja 847 m.

Peña Abeja 847 m

Nos espera un bonito mirador con un roquero y buzón curioso en forma de abeja, bien trabajado que nos recuerda a la miel de los monjes eremitas. Desde arriba tenemos una bonita vista amplia del monasterio rodeado de montes y las pequeñas celdas austeras con huerto de cada monje donde viven en soledad.

Descendemos por el mismo sitio y pasamos una vez más por el monasterio y a modo de túnel del tiempo regresamos por el puente de la autopista hasta el aparcamiento.

Distancia: 12km total. Desnivel: 350 m