Se ha hecho de rogar, pero finalmente nuestro paraiso burgales se ha vestido de blanco ibicenco con temperaturas nordicas. Esperemos que siga asi la cosa y comiencen a acosarnos los frentes atlanticos cargados de bajas temperaturas y precipitacion.
No solo teniamos ganas, sino que llegamos antes de lo habitual. Unas cuantas subidas nos quitaron la tonteria del skimo, volvimos a juntarnos con amigos que vemos de temporada en temporada y disfrutamos de nuevo de una Lunada abierta, con los servicios disponibles y el teleski baby en funcionamiento.
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